miércoles, 26 de enero de 2011

Brezales de la Villuercas.

Seguro que muchos de vosotros conocéis los brezos y en mil ocasiones habéis oído este nombre, lo que a lo mejor no es tan conocido, es que podemos encontrar en esta zona hasta 6 especies diferentes de brezo (y puede que se nos escape alguna). Hablaremos de cada una de ellas para que las conozcáis más en profundidad y cuando las veáis en el monte las miréis "con otros ojos".

El más conocido y que tapiza grandes superficies de las laderas de nuestras sierras es el brezo rubio o colorado (Erica australis), con una espectacular floración primaveral que las tiñe de rosa (quien no haya tenido la tentación de coger un ramo de estas flores para ponerlo en su casa que levante la mano). La presencia de este brezo representa etapas de degradación en zonas en las que anteriormente hubo robledales o alcornocales y que desaparecieron, muy probablemente, por causa de incendios. Y su presencia, como os imaginaréis y como las de todas las especies que colonizan tras un incendio, tiene un gran valor ecológico en cuanto a evitar la erosión del suelo que coloniza ,debido a la sujección que le otorgan sus raíces y a la protección de sus ramas ante las fuertes lluvías.

Las formaciones monoespecíficas (una sola especie está presente) de este matorral son debidas a que sus restos vegetales dificultan o inhiben el crecimiento de otras plantas a su alrededor lo que le permite competir con ventaja frente a otras especies colonizadoras (para quien le interese, esto es debido a que tienen sustancias alelopáticas o compuestos químicos que produce una planta y que tienen efectos nocivos sobre otras). El fenómeno de la alelopatía es muy curioso e interesante puesto que no sólo sucede en relación de una planta sobre otra, sino también de una planta sobre algunos herbíboros e insectos fitófagos (que se atiborran de plantas), por lo que se han usado estas plantas para el control biológico de plagas. ¡Buf!, pero esto es otra historia y da para otro artículo, asi que volvamos a nuestro brezo..........

Otra curiosa característica que influye en su facilidad de regeneración después de un incendio es su singular cepa que puede llegar a ocupar una superficie de hasta medio metro. Esta cepa posee un engrosamiento en su parte superior que se llena de yemas cuyo brote se ve favorecido después de quemarse la parte aérea de la planta.¿Alguien se atreve a decir que las plantas no son inteligentes y que tienen muchos más recursos de los que nos imaginamos?

Los extensos brezales que forma esta especie han hecho que sea consumido como leña, debido también al gran poder calorífico de sus cepas y a la prolongada duración de su combustión, (comprobado personalmente en la chimenea de nuestra casa, vamos, que ni la leña de encina) lo que hizo que se utilizara también como excelente carbón para las fraguas.Su extensión da lugar también a que sus flores sean visitadas por miles de abejas, siendo una de las especies que más conribuye a la obtención de miel de brezo.

Muchas de las cosas que hemos contado en este primer artículo sobre los brezos, las tienen olvidadas nuestros mayores y si no, haced la prueba, preguntadles y os quedaréis sorprendidos. 

Hasta el próximo brezo.

jueves, 20 de enero de 2011

Nueva sección.

Hemos abierto esta nueva sección en nuestro blog para ir contando poco a poco a todo el mundo todos aquellos otros valores que otorgan una singularidad especial, a parte de la geológica, al futuro Geoparque de Villuercas, Ibores, Jara.

Por ser el primer artículo de esta nueva sección en la que intentaremos hablar de muchas y variadas cosas, hemos querido comenzar rindiendo homenaje a uno de los elementos más importantes que forman parte de esta comarca y, sin embargo, un poco olvidado dentro de toda esta vorágine de nuevos proyectos que se están abriendo camino a nuestro alrededor.

Nos referimos, ni más ni menos, que a las gentes que viven aquí desde hace mucho tiempo. A su carácter normalmente acogedor y amable, a esa gente serrana y dura que ha aprendido a convivir con este relieve tan famoso últimamente y que parece que acabamos que descubrir y con el que, sin embargo, algunos, llevan lidiando durante muchos, muchos años y en el que se han dejado la piel.
Nos referimos a esa gente sencilla que ha pasado muchas horas a la intemperie cogiendo aceitunas o castañas, o guardando cabras en los robledales serranos, o quitando piedras en las laderas para plantar almendros o cerezos o castaños o......., vamos, a la gente que lleva pateándose esta tierra toda su vida y que la conoce palmo a palmo.
Que sabe dónde está cada recodo del camino, cada mata de orégano con la que aderezar los guisos, cada cueva en los canchos porque la necesitó para guarecerse. Que conoce el nombre de cada paraje y el por qué de ese nombre. Que lo más seguro es que no sepa qué es un plegamiento, ni un geositio, ni un bosque relictico del terciario, ni maldita la falta que le hace para, sin embargo, saber apreciar la belleza de unos paisajes que se sabe de memoria y que describiría con los ojos cerrados.

A esa gente, a la que nunca preguntamos porque todos somos unos eruditos de cualquier materia, es a la que dedicamos nuestro primer artículo. A su forma de vida, a su sabiduría callada, a su sencillez y a su miedo a que todos estos proyectos, tan atractivos para todos nosotros, sólo supongan una amenaza a las costumbres y formas de hacer las cosas de toda su vida.

Nuestra es la culpa si esto es así por no haber contado con ellos desde el principio y no haberlos hecho parte de estos proyectos, nuestra es la culpa y nuestra la responsabilidad de rectificar y hacerles sentir parte importante de esta nueva época que muchos (en especial los que vivimos aquí el día a día y sabemos lo difícil que es) esperamos con los brazos abiertos y que significa futuro para todos.
Mucho trabajo por delante para quien quiera entenderlo .......